Aportes para el Abordaje de la Institucionalización de la Agroecología: El Caso del Nodo Agroecológico Territorial de Salta

Contributions to Addressing the Institutionalization of Agroecology: The Case of the Territorial Agroecological Node of Salta

Soraya Ataide  & Pablo Gorostiague*

Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Salta, Av. Bolivia 5150. Salta, Argentina. *pgorostiague@gmail.com

 

Resumen

La Agroecología se presenta como una alternativa sustentable frente a las problemáticas socio ambientales generadas por el modelo productivo agroindustrial, promoviendo sistemas de producción de alimentos que integran conocimientos científicos, saberes locales y prácticas sostenibles. En este contexto, el Nodo Agroecológico Territorial (NAT) de Salta surge como un espacio de articulación intersectorial con el fin de escalar la Agroecología, aunque en un contexto de políticas públicas débiles y desfinanciamiento institucional. El objetivo del estudio fue describir el contexto de gestación y funcionamiento del NAT Salta, caracterizar a sus actores y analizar las barreras para consolidar la Agroecología como paradigma transformador. Se utilizó un enfoque metodológico cualitativo basado en observación participante, entrevistas y encuestas realizadas a los participantes del NAT Salta. Se documentaron actividades vinculadas a la construcción y validación del conocimiento agroecológico, al apoyo a la comercialización y al fomento del diálogo interdisciplinario e interinstitucional. Asimismo, se identificaron desafíos emergentes, como la dificultad de establecer límites precisos sobre qué producción es agroecológica y cómo reconocer procesos de transición hacia la misma. Como propuesta, se plantea la implementación de Sistemas Participativos de Garantías (SPG) que permitan diferenciar y valorar estas experiencias. En conclusión, para que la Agroecología trascienda su reconocimiento marginal y logre un impacto real en el sistema productivo, es fundamental fortalecer espacios de participación efectiva y mecanismos de articulación intersectorial, respaldados por políticas públicas sostenibles y adaptadas a las particularidades de cada territorio.

Palabras clave: Agroecología; Institucionalización; Nodo Agroecológico Territorial.

 

Abstract

Agroecology is presented as a sustainable alternative to the socio-environmental problems generated by the agroindustrial production model. It promotes food production systems that integrate scientific knowledge, local knowledge, and sustainable practices. In this context, the Territorial Agroecological Node (NAT) of Salta emerges as an intersectoral coordination space aiming to scale up agroecology despite weak public policies and institutional underfunding. This study aimed to describe the context of NAT Salta’s development and operation, characterize its stakeholders, and analyze the barriers to consolidating agroecology as a transformative paradigm. The study employed a qualitative methodological approach based on participant observation, interviews, and surveys of NAT Salta participants. The study documented activities related to the construction and validation of agroecological knowledge, support for commercialization, and the promotion of interdisciplinary and interinstitutional dialogue. Emerging challenges were also identified, such as establishing precise limits on what constitutes agroecological production and recognizing processes of transition towards it. The implementation of Participatory Guarantee Systems (PGS) was proposed to differentiate and value these experiences. In conclusion, for agroecology to transcend its marginal recognition and achieve a real impact on the production system, it is essential to strengthen spaces for effective participation and mechanisms for intersectoral coordination. These mechanisms must be supported by sustainable public policies adapted to the particularities of each territory.

Keywords: Agroecology; Institutionalization; Territorial Agroecological Node.

 

 

Ataide, S., & Gorostiague, P. (2025) Aportes para el Abordaje de la Institucionalización de la Agroecología: El Caso del Nodo Agroecológico Territorial de Salta. Revista Ciencias Naturales, 3(1), 50-61. https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s29535441/rarcr7a4d

Recibido: 15/4/2025         Aceptado: 27/6/2025         Publicado: 30/6/2025                                                       Editor: Ana Zelarayán

 

Artículo de acceso abierto bajo Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Compartir Igual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)


 


INTRODUCCIÓN

Los sistemas de producción agropecuaria modernos se caracterizan por una in- tensificación creciente y una alta dependencia de insumos externos, principalmente provenientes de la industria química (Gárgano, 2022). Este modelo ha generado una serie de externalidades negativas que comprometen su sostenibilidad a  largo plazo (Sarandón & Flores, 2014). Entre las problemáticas ambientales más  relevantes se destacan la  pérdida  de  biodiversidad  y la  degradación  de   ecosistemas   naturales, la contaminación de suelos y aguas por el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, la erosión y pérdida de fertilidad de los suelos, y la emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático (FAO, 2018). Asimismo, este modelo ha sido objeto de críticas por sus impactos sociales, incluyendo la concentración de la tierra, la exclusión de pequeños/as agricultores/as, campesinos/as y comunidades indígenas, además de los riesgos para la salud humana asociados a la exposición a agroquímicos (Altieri, 1999).

En Argentina, este modelo de desarrollo agropecuario basado en la llamada “revo- lución verde” se ha consolidado (Gárgano, 2022)  y  legitimado  en  el   “consenso   de las commodities” (Svampa, 2019). Parti- cularmente, en la provincia de Salta y el resto del noroeste argentino,  la  expansión de la agricultura  moderna,  impulsada  por el agronegocio y el cultivo de commodities como la soja, el maíz y el poroto ha generado una serie de impactos ambientales entre los que se destaca la pérdida de bosques por deforestación, con un incremento exponencial en la superficie cultivada (Schmidt, 2019). Este fenómeno trae aparejados la pérdida de biodiversidad y la reducción en la provisión de servicios ecosistémicos, esenciales tanto para el funcionamiento de los agroecosistemas como para la vida humana (IPBES, 2016).

Por otra parte, la expansión de la agricultura moderna en la provincia provocó impactos sociales por la expulsión y  destrucción  de los  modos  de  producción  y  reproducción


de la vida de las poblaciones locales, como también problemáticas socio-sanitarias con afectaciones sobre la salud de las poblaciones por exposición a agrotóxicos (Schmidt, 2019). A su vez, se ha producido  una erosión de los saberes locales y ancestrales que históricamente  han  demostrado  ser más respetuosos con los bienes naturales y comunes, y que contribuyen a la conservación de la biodiversidad y al fortalecimiento del tejido comunitario (Altieri & Toledo, 2010).

Frente a este escenario, la Agroecología surge  como   un   paradigma   alternativo que tiene el potencial de transformar los sistemas productivos hacia una agricultura sustentable desde el punto de vista ecológico, económico y socio-cultural. La Agroecología es considerada una ciencia, una serie de prácticas y un movimiento social, por lo que incluye múltiples dimensiones. Las prácticas productivas de este paradigma incluyen técnicas, conocimientos  y  saberes  locales y ancestrales integrados con los saberes científicos; mientras que, como movimiento social, es una propuesta política orientada a la soberanía alimentaria (Sarandón & Flores, 2014). Desde un  punto  de  vista  científico, la Agroecología es un nuevo campo de conocimientos, un enfoque, y una disciplina que reúne, sintetiza y aplica conocimientos de la agronomía, la ecología, la sociología, la etnobotánica y otras ciencias afines, con un fuerte componente ético, para generar conocimientos, validar y aplicar estrategias adecuadas para diseñar, manejar y evaluar agroecosistemas sustentables (Sarandón & Flores, 2014).

La Agroecología es puesta en práctica desde hace décadas a lo largo y ancho del mundo y en Latinoamérica es promovida por movimientos sociales como la Vía Campesina, que se consolidan y multiplican en los territorios (Altieri & Rosset, 2018). Asimismo, en los últimos años ha ganado reconocimiento en la academia y en organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Inclusive, en algunos países se reconocen procesos   de   institucionalización   -débil   y


 


marginal- de la Agroecología  a  partir  de su inclusión en ámbitos académicos y en organismos públicos (Pérez & Gracia, 2021; Monkes & Easdale, 2023).

En ese marco, en 2020 se creó en nuestro país la Dirección Nacional de Agroecología (DNAe) que funcionó  hasta  su  cierre  con la llegada de un  nuevo  gobierno  nacional en diciembre de 2023. Una de las acciones promovidas por la DNAe fue la creación de Nodos Agroecológicos Territoriales (NAT) cuyafinalidadfuecrearentornosmultiactorales y procesos de articulación intersectorial para promover innovaciones institucionales que permitan potenciar el escalamiento de la Agroecología en los territorios (Ciccorossi et al., 2022). En la práctica la estrategia inicial de los Nodos privilegió el rol de las Universidades Nacionales, en especial de las facultades de agronomía del país como promotoras de la articulación. De esta manera, en los primeros meses del 2023, con la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) como anfitriona, se iniciaron las actividades del NAT Salta.

En este artículo interesa analizar el caso del NAT Salta, como un ámbito de articulación intersectorial para el escalamiento de la Agroecología, reconociendo las oportunidades y desafíos emergentes ante un escenario de múltiples crisis. Para esto, se abordan los siguientes objetivos específicos: a) describir el contexto de gestación del NAT Salta, en el marco de un proceso de institucionalización marginal de la Agroecología; b) documentar las actividades desarrolladas en sus  casi dos años de funcionamiento; c) caracterizar a los actores que conforman el NAT; e d) identificar los desafíos que surgen en el formato “NAT” a partir del escenario político y económico actual.

 

METODOLOGÍA

Los hallazgos que se presentan forman parte de una investigación más amplia guiada por el enfoque de la Investigación Acción Participativa (Fals Borda, 1992; Méndez et al., 2018) la cual se caracteriza por involucrar


a los miembros de una comunidad o grupo en el proceso de investigación como agentes de cambio y no como objetos de estudio. En este sentido cabe mencionar que los autores del presente artículo forman parte del NAT Salta y que los interrogantes que orientan el trabajo forman parte de inquietudes emergentes en el diálogo sostenido entre los actores que integran NAT.

A partir de una estrategia metodológica cualitativa, mediante observación participante, se relevaron, sistematizaron y analizaron datos de la mayoría de las actividades realizadas en el marco del NAT entre inicios del 2023 y finales del 2024. También se incluyeron entrevistas realizadas a técnicos de instituciones y dos encuestas autogestionadas destinadas a caracterizar a los participantes del Nodo. La primera encuesta se realizó en el marco de la primera reunión del NAT Salta en julio de 2023, a partir de un formulario on-line, tanto para los asistentes al encuentro como aquellos interesados en participar del nodo. A partir del mismo se obtuvo información acerca de las personas que consideran que trabajan bajo el paradigma agroecológico en instituciones, organizaciones     y     como     productores/ as agropecuarios/as. Además, cada actor identificó logros y desafíos para fortalecer la Agroecología. Un año más tarde se realizó una segunda encuesta distribuida entre los participantes del nodo (Espinosa-Rubiano et al., 2024). La misma relevó información sobre los roles, grado de participación, expectativas y miradas sobre la Agroecología.

 

RESULTADOS

Algunos antecedentes para el abordaje de la institucionalización de la Agroecología

Hacia fines de la década de los 70s aparecieron los primeros programas de investigación y dos  libros  que  incorporan el componente social  de  la  Agroecología de forma explícita (Gliessman, 2013). En 1982 se publica en Chile el libro de Miguel Altieri “Agroecología: bases científicas de la agricultura alternativa” que fue adoptado por las ONGs vinculadas al sector campesino de


 


América Latina; así también, la publicación fue valorada por estudiantes y profesores/as de Facultades de Agronomía que comenzaban a cuestionar la agricultura convencional. Hacia los 80s y 90s fueron especialmente las ONGs: Movimiento Agroecológico LatinoAmericano (MAELA) y el Consorcio  Latinoamericano de Agroecología y Desarrollo (CLADES) las que expandieron la Agroecología en la región (Gliessman, 2013; Altieri, 2015).

En los 90s desde España, Eduardo Sevilla- Guzmán y su equipo desarrollaron el cuerpo teórico de la sociología agroecológica, que luego fue reforzado por las contribuciones etnoecológicas de Victor Manuel Toledo, de la Universidad Nacional de México. El programa de España tuvo impacto en la formación de agroecólogos/as con una visión social crítica y muchos de ellos/as crearon programas universitarios en México, Argentina, Bolivia y Brasil. Paralelamente, Peter Rosset publica su libro “The Agroecología Greening of the Revolution” donde cuenta el trabajo conjunto entre agrónomos/as y campesinos/as cubanos para ofrecer una alternativa productiva a la isla que enfrentaba el periodo especial donde el subsidio soviético de petróleo, fertilizantes, pesticidas, tractores, entre otros, llegaba al fin (Altieri, 2015).

La corriente más académica de la Agroecología se consolidó a nivel regional en 2007 a través de la creación de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA). En 2014, participóenla Conferencia Internacional de Agroecología organizada por FAO en Roma. Si bien la Conferencia significó un hito en la incorporación de la Agroecología en la agenda internacional, no hubo sesiones que tratasen de las políticas de comercio, cultivos transgénicos o soberanía alimentaria. Por esto, desde la SOCLA y la Vía Campesina alertaron sobre los intentos de cooptación de la Agroecología, es decir de despojarla de su contenido político promoviendo la idea errónea de que los métodos agroecológicos pueden coexistir junto a la agricultura convencional (Altieri, 2015; Altieri & Rosset, 2018).

En Argentina, Reyes-Neuhauser et al. (2019)


sostienen que la difusión de la Agroecología se dio en la convergencia de dos vertientes de actores, una a través de organizaciones, movimientos sociales y ONGs. Destacan el Movimiento Nacional Campesino  Indígena, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, el Movimiento Campesino de Córdoba, entre otros, y movimientos sociales como la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) rama rural, a lo que se puede agregar la Red Nacional de Municipios y Comunidades afines a la Agroecología (RENAMA). La segunda vertiente de actores es identificada con el campo académico/científico y con epicentro en la Universidad de La Plata y la Universidad de Buenos Aires, como también, a partir del 2018 en la Sociedad Argentina de Agroecología (SAAE). Asimismo, recién en los últimos años la Agroecología experimentó momentos   de   institucionalización,    con su incorporación marginal en políticas e intervenciones   públicas    incluyéndose de modo incipiente en los programas universitarios (Pérez & Gracia, 2021).

 

Los    programas      de     desarrollo      rural emergentes de las focopolíticas de los 90s, en el marco de la implementación de políticas neoliberales,  constituyeron  un  antecedente para la institucionalización de la Agroecología en nuestro país. Estos programas orientaron sus acciones a la promoción de la agricultura familiar, campesina e indígena, visibilizando al  sector  en  cuanto  a  su  relevancia  en  la producción  de  alimentos  y  al  cuidado  y valoración de los territorios y los procesos identitarios.   Sin   embargo,   los   proyectos que  implementaron  no  contenían  de  forma explícita el enfoque de la Agroecología, por lo menos hasta los últimos años de su existencia.

Se puede mencionar al Programa Pro Huerta nacido en 1990 en el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) pensado para la autoproducción de alimentos orgánicos o sin uso de agrotóxicos, en los sectores más vulnerables.  Hasta  su  cierre   mediados del 2024, Pro Huerta era un programa con participación y financiamiento del Ministerio


 


de Desarrollo Social de la Nación y la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación. También el Programa Social Agropecuario (PSA), creado en 1993 como un programa  de  crédito,  asistencia  técnica y capacitación que, luego de los vaivenes institucionales en los cuales  subió  y  bajó de rango (convirtiéndose en Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Rural, luego en Sub secretaría y finalmente en Instituto para la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, antes de cerrarse en 2024) incorporó en los últimos años de su existencia el paradigma de la Agroecología.

En 2005 el INTA creó el Programa Nacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar con el objetivo de generar, adaptar y validar tecnologías para el desarrollo sustentable de la agricultura familiar. En ese marco se conformó el Centro de Investigación y desarrollo tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) con institutos distribuidos por grandes regiones, correspondientes a las áreas pampeana, noreste, noroeste, región Cuyo y región Patagonia. No obstante, según Sarandón & Marasas (2015) el único instituto que desarrolló un marco teórico basado en el enfoque agroecológico fue el IPAF región pampeana localizado en La Plata. Más recientemente, desde INTA se crearon los Grupos de Abastecimiento  Local  (GAL)  y la Red de Agroecología (REDAE). También resultó relevante la capacitación gratuita en Agroecología que desde INTA se propició mediante un curso online, masivo y abierto, en 2019 y 2020.

En 2015, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación creó el Programa destinado al Fomento  del  Uso de  Bioinsumos  (PROFOBIO)   cinco años más tarde, lo que sería un hito en la institucionalización   de   la    Agroecología, la Dirección Nacional de Agroecología (DNAe), asumiendo al frente, el entonces presidente de la RENAMA. Múltiples razones pueden explicar este anclaje institucional: la expansión de experiencias  agroecológicas con larga trayectoria a lo largo y ancho del


país; la validación y apoyo por una parte de las organizaciones y movimientos sociales de la agricultura familiar, campesina e indígena; la presencia de profesionales con trayectorias formativas en Agroecología, en general con técnicos del sector público, vinculados a los programas de desarrollo mencionados arriba; la   legitimación   alcanzada   en   organismos internacionales como la ONU, incluyendo a la Agroecología en los Objetivos del Desarrollo Sostenible, así como por la FAO. Además, el arribo de un Gobierno Nacional con una agenda progresista que habilitó su creación, en 2020.

En sus 4 años de existencia, la DNAe no contó con presupuesto para sus actividades; sin embargo, se realizaron importantes acciones que permitieron visibilizar y escalar la Agroecología en el territorio nacional. Una de ellas fue la articulación con Cambio Rural, un programa dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que, si bien ya funcionaba desde 1993, fue a partir de su interacción con la DNAe cuando comenzó a fomentar la creación de grupos de productores para la transición agroecológica. En 2024, antes de que el programa sea desfinanciado completamente por el Gobierno Nacional, apoyaba a más de cien grupos de productores en la transición agroecológica.

Otra iniciativa promovida desde la DNAe y que interesa especialmente mencionar aquí es la promoción de los Nodos Agroecológicos Territoriales. Los NAT se crean con el objetivo de conformar espacios de interacción entre múltiples actores de los territorios, para promover el escalamiento de la producción agroecológica, impulsar circuitos de agregado de valor y explorar alternativas de comercialización, capacitación, investigación y extensión (Espinosa-Rubiano et. al., 2024). En el momento del cierre de la DNAe existían 13 Nodos Territoriales en distintos puntos del territorio nacional. Es importante destacar que la propuesta no buscaba explícitamente generar un espacio formalizado  en  alguna de las instituciones, aunque se orientaba a promover la articulación entre instituciones y otros actores. Justamente, la intención era que la continuidad de los NAT no dependiera de


 


los vaivenes de las políticas institucionales. En 2022 la DNAe propuso el proyecto “NAT” promoviendo que las Facultades de Agronomía del país se constituyeran en las motorizadoras de la articulación. Hasta ese entonces, con pocas excepciones (la UBA y la UNLP), el anclaje académico de la Agroecología había sido incipiente o marginal.

En Salta, la incorporación  institucional de la Agroecología  es promovida con más claridad desde 2020, coincidiendo con el momento de creación de la DNAe. La última gestión de la SAFCI (luego INAFCI) impulsó el enfoque agroecológico institucionalmente. Algunos/as funcionarios/as y  técnicos/as que se incorporan en  esta  etapa  provenían de organizaciones sociales con  experiencia de trabajo en Agroecología con el sector campesino e indígena, no obstante, otros/as técnicos/as que trabajaban desde los inicios de esta institución habían recibido formación en Agroecología y promovían formas alternativas a la agricultura convencional, enfatizando el cuidado de los bienes comunes y naturales. De acuerdo con una de las profesionales extensionistas: la incorporación se concreta a través de uno de los cuatro ejes principales de la intervención, llamado Formación, Innovación y Tecnificación Productiva. En 2021 se impulsa una capacitación virtual desde Nación destinada a técnicos/as, por otro lado, se realiza un diagnóstico y se implementan módulos agroecológicos, con fondos provenientes de la Dirección de Asistencia Técnica y Capacitación que fueron ejecutados hasta 2022. También estaba la operatoria de PROTAAL, Programa de trabajo, arraigo  y  abastecimiento  local, que entre sus condiciones especificaba que la producción debía ser agroecológica (comunicación personal con extensionista despedida del INAFCI, marzo, 2024). Además, se promovió la creación de un Centro de Promoción de Semillas Nativas y Criollas (CEPROSENA). Todo este proceso que se describe se vio paralizado con el cierre del INAFCI en 2024, por decisión del Gobierno Nacional.


Por su parte y como se describe arriba, el Programa Cambio Rural incorporó el enfoque agroecológico a partir de la articulación con la DNAe. En 2023 se  desarrollaron una serie de capacitaciones a cargo de la DNAe, dirigida a los agentes de proyectos en los que se abordaban los principios de la Agroecología a partir de encuentros teórico- prácticos. En Salta, al momento en que el programa es desfinanciado completamente, contaba con al menos 8 grupos agroecológicos y en transición, en distintos puntos de la provincia (Comunicación personal con  un ex trabajador del programa, marzo de 2025). En algunos casos, el trabajo con los grupos se articulaba con acciones del INAFCI e inclusive con las agencias de extensión de INTA donde el anclaje institucional se produjo de forma más fragmentada, con acciones desde el programa Pro Huerta, las ediciones de las escuelas abiertas de Agroecología, el Centro Demostrativo Agroecológico y una experiencia de arroz a secano en el norte de la provincia (Comunicación personal con extensionista del INTA, marzo de 2025).

El relato hasta aquí no pretende ser exhaustivo, pero sí mostrar el recorrido, si bien marginal y  débil,  pero  sostenido  de la Agroecología en las instituciones. La situación resulta aún más compleja ante el proceso actual de reestructuración del Estado (desfinanciamiento  de  áreas  orientadas  a los sectores más vulnerables y el  accionar que favorece a los  sectores  concentrados de la economía). Para analizar esta y otras cuestiones emergentes a continuación se presenta el caso del NAT en Salta.

El NAT en Salta

El Nodo Agroecológico Territorial de Salta inició sus actividades en junio de 2023 con la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta como anfitriona y la participación de múltiples actores vinculados a la producción agrícola. Durante el primer encuentro presencial se acordaron algunos objetivos como articular actividades  con  los  municipios,  realizar  un


 


encuentro para hijos/as de productores/as que han elegido continuar en la actividad, ante la necesidad de crear oportunidades para el arraigo rural. También se planteó avanzar en la construcción de Sistemas  Participativos de Garantías (SPG) como forma colectiva de validación, valorización y diferenciación para la producción agroecológica, involucrando tanto  a  consumidores  como  productores. En el ámbito de la Universidad, se propuso incorporar el paradigma de la Agroecología de forma transversal en el nuevo plan de estudios de  la  carrera   de   Ingeniería  Agronómica de la UNSa.

A partir de ese primer encuentro presencial se desarrollaron una serie de reuniones y actividades que involucraron a distintos actores. Entre las iniciativas del Nodo se incluyó la creación de la feria “Viene  de esta Tierra”, a partir de una propuesta de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNSa para el fortalecimiento de la agricultura familiar. La feria se realiza de manera quincenal desde julio de 2023 en los pasillos externos de la Facultad,  siendo  un  espacio de comercialización y promoción en el que participan aproximadamente 20 productores/as y elaboradores/as en transición agroecológica. Uno de los debates emergentes de la organización de la Feria fue la delimitación de la Agroecología. Ante la ausencia de algún tipo de certificación, surge la necesidad de definir quién hace Agroecología y quién no, y acompañar la transición en aquellos que pretenden emprender este desafío.

También se gestó y coordinó el dictado de una Diplomatura de Extensión Universitaria en Agroecología, un espacio de formación logrado a partir de la articulación entre Finca La Huella (establecimiento productivo agroecológico), la Facultad de Ciencias Naturales, la Secretaría de Extensión Universitaria (UNSa) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Además, docentes integrantes del  NAT  y de la diplomatura mencionada  impulsaron un proyecto de investigación  desde  donde se  ha  iniciado  un  proceso  de  recopilación


y   sistematización   de   información     sobre experiencias agroecológicas de la provincia.

El enfoque agroecológico no pudo ser incorporado formalmente en el nuevo plan de estudios de la carrera de Ingeniería Agronómica, ya que los cambios realizados estuvieron orientados  a  ordenar  contenidos y eficientizar los espacios curriculares para reducir el tiempo  de  permanencia  de  los/ as estudiantes en la carrera. No obstante, se acordó trabajar con el equipo docente para incorporar la problemática ambiental y social asociada a la sustentabilidad de la producción agrícola de manera transversal a partir de la resolución de problemas concretos en la región y el abordaje en las prácticas de formación de la carrera.

Por otro lado, el NAT ha desempeñado un papel importante en el apoyo a productores/ as y organizaciones para la presentación de proyectos a convocatorias de financiamiento, facilitandoelaccesoarecursosparalatransición agroecológica, así como el acompañamiento a establecimientos productivos para obtener la certificación “Slow Food km 0” de la asociación civil Slow Food Internacional, que impulsa el consumo de alimentos saludables y sostenibles, de proximidad y de estación e incentiva la compra directa a pequeños productores.

Caracterización  de  los  actores  del  NAT Salta

La primera encuesta distribuida a los actores del NAT Salta fue respondida por 45 personas. Si bien luego de su conformación se incorporaron otros actores, se tomó este primer relevamiento como punto de partida para su caracterización. Los actores que conforman el nodo fueron principalmente productores/ as, elaboradores/as y/o comercializadores/as (60%), mientras que el restante 40% estuvo conformadoporrepresentantesdeinstituciones, entre las cuales estuvieron INTA, UNSa, Cambio Rural, Escuelas técnicas, INAFCI, SENASA, INTI y personal del Gobierno de la Provincia de Salta. Entre las actividades que realizan bajo el enfoque agroecológico


 


(pudiendo seleccionar más de una), la mayoría de los/as encuestados/as señaló: producción agrícola o ganadera (55%), elaboración de productos (46%), comercialización (29%), actividades de educación (31%), extensión (31%), investigación (27%), gestión pública (18%), entre otras. Si bien la mayoría de los/as encuestados/as (31%) realizan sus actividades en la ciudad de Salta, hubo representación de un gran número de localidades a lo largo de la provincia, incluyendo los  departamentos de La Caldera, Metán, y en menor proporción Cerrillos, Rosario de la Frontera, Rosario de Lerma, Cafayate, Güemes, San Martín, San Carlos, La Viña, Anta, Cachi y Chicoana (Fig. 1).

Los actores encuestados identificaron como logros relevantes  que  contribuyen  a la Agroecología la difusión de prácticas y conceptos a través del dictado de cursos, talleres de actualización, capacitaciones, intercambios   de   experiencias.   Otro   logro


identificado fue la conformación de coope- rativas y asociaciones (u otros grupos informales) de productores/as, así como la incorporación de participantes a espacios que ya existían. También se realizaron ferias y espacios de comercialización específicos, fundamentalmente con acompañamiento institucional (INTA e  INAFCI),  se  amplió el mercado gracias al reconocimiento de las propiedades de los productos agroecológicos y la presencia un mayor número de consumidores que solicitan este tipo de productos. Entre otros logros se mencionaron la mejora en la calidad de los alimentos producidos (alimentos más sanos, inocuos), la utilización de técnicas que optimizan el uso del suelo y del agua, la reducción de gastos en insumos químicos, y el abastecimiento de alimentos a la familia o comunidad local.

Se solicitó a los/as encuestados/as que señalen los obstáculos o dificultades que limitan  la  expansión  de  la  Agroecología


 

 

 

 

Figura 1. Mapa de actores del Nodo Agroecológico Territorial Salta, detallando la producción, elaboración y/o comercialización de productos agroecológicos en cada Departamento y la presencia de instituciones u organizaciones con las que articulan los actores encuestados. Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas realizadas.


 


en su territorio. Varias de las respuestas coincidieron en identificar una limitación de tierras disponibles para la producción, así como el acceso al agua. Dado que muchos/ as productores/as arriendan los campos  en los que producen, se dificulta el desarrollo de estrategias a largo plazo, necesarias para planificar la transición hacia una producción agroecológica. Al mismo tiempo, existe una presión por parte de la agricultura convencional para acceder a espacios nuevas tierras para ampliar la producción. Por otro lado, se perciben falencias en el apoyo del Estado a la producción agroecológica a través de políticas públicas, acompañamiento y facilidades de financiamiento, percibiendo una falta de interés de parte de las instituciones estatales. Además, algunos actores perciben que la cantidad de establecimientos productivos agroecológicos es escasa y las experiencias no están debidamente  documentadas,  por lo que se debería mejorar  la  difusión  de las mismas, así como de los beneficios potenciales de la Agroecología. Para ello, se sugiere la asistencia técnica con herramientas que ayuden a promover este modelo de producción, así como la disponibilidad de profesionales formados en este paradigma. También se identifica una cultura productiva conservadora, arraigada al manejo químico para el control de plagas, y con una tendencia a evitar los riesgos de incorporar prácticas alternativas. Finalmente, se señala la necesidad de valorizar la producción agroecológica y fomentar las redes de comercialización, para aumentar el número de consumidores que demanden este tipo de productos.

La segunda encuesta distribuida entre los/as participantes/as del NAT Salta, fue respondida por 20 personas. Un 35% de los/ as participantes/as se identificaron como técnicos/as o extensionistas, un 20% como investigadores o docentes, y un 10% como funcionarios públicos, todos/as ellos/as pertenecientes a instituciones estatales como el INTA, INAFCI, SENASA, Cambio Rural y la Facultad de Ciencias Naturales (UNSa). Un 20% de los/as encuestados/as fueron productores/as, todos/as ellos/as reconocieron


encontrarse en un proceso de transición hacia la Agroecología. Los/as  productores/ as relevados se dedican a la producción de lácteos, hortalizas, legumbres, miel, vid, especias y otros productos.

Resulta relevante la reciente incorporación de referentes de pueblos originarios al NAT, especialmente a través de la posibilidad de comercializar sus productos en la Feria Viene de esta Tierra. Por otra parte, el 45% de los encuestados afirmó integrar cooperativas, asociaciones, redes u organizaciones sociales. Sobre las expectativas que los actores expresan sobre el NAT, se destaca la posibilidad de generar redes y articulaciones que permitan visibilizar y escalar la Agroecología a través de la construcción de conocimientos, la difusión de prácticas, la creación de certificaciones, la incidencia en políticas públicas, entre otras.

En cuanto a los actores que integran el NAT Salta, se puede identificar una marcada heterogeneidad en cuanto a sus experiencias formativas. A grandes rasgos, un grupo de actores son productores/as que por diferentes factores (económicos, culturales) cuestionan el modelo productivo dominante y buscan una alternativa en el paradigma agroecológico. Para ellos el Nodo podría representar un espacio de apoyo técnico, así como identitario y una oportunidad para encontrar nuevos mercados que agreguen valor a su producción. Por otro lado, un grupo de actores pertenecen a instituciones estatales (educativas, de investigación, de extensión o  de  gestión) en las que la Agroecología comienza a incorporarse, aunque de manera incipiente, en sus agendas. Dentro de este grupo también existen trayectorias diversas, tal como se describe arriba (con formaciones académicas en Agroecología, de iniciativa personal, otras con apoyo institucional y con experiencia de trabajo en organizaciones sociales).

Asimismo, los perfiles institucionales reflejan las orientaciones de las acciones y el énfasis en alguna u otra de las dimensiones de la Agroecología. Desde el INAFCI se reconoce una larga experiencia de trabajo con organizacionesdelsectorcampesinoeindígena,


 


incluyendo fuertemente el componente político de la Agroecología en el fortalecimiento de procesos organizativos (cooperativas, ferias, etc.). No obstante, también se acompañó el reemplazo de productos de síntesis química por  biopreparados  y  la  incorporación  de tecnologías   de   procesos.   En   el   INTA  y en  Cambio  Rural  se  reconoce  un  mayor énfasis en propuestas técnicas y orientadas a productores de distinta escala, aunque también se implementa el acompañamiento de ferias de la agricultura familiar lo que atendería a la dimensión social y política de la Agroecología.

En el mapa (Fig. 1) se puede observar la distribución territorial de los/as productores/ as y elaboradores/as y del sector de la comercialización que se identifican con el paradigma agroecológico (relevadas en las encuestas antes mencionadas); así también se incluyen las instituciones con las cuales esos/ as actores se articulan. El solapamiento de ambas informaciones expresa la importancia del trabajo territorial de las instituciones vinculadas a la agricultura familiar y el fortalecimiento de la  Agroecología.  Por otra parte, también puede reconocerse una concentración de actores e instituciones en los departamentos del centro de la provincia dando cuenta de las dificultades del NAT para articularse con territorios más alejados.

 

DISCUSIÓN

El Nodo Agroecológico Territorial Salta constituyeuncasodearticulacnintersectorial que pretende escalar la Agroecología, a partir de un grupo de actores heterogéneos que identifican una agenda en común. Si bien la creación de los Nodos fue motorizada por una política pública (aunque débil y marginal), no tiene una formalidad institucional, decisión explicitada en su gestación con la finalidad de que los Nodos no quedaran a merced de los vaivenes de las políticas institucionales. No obstante, en un contexto de desfinanciamiento de las instituciones, programas y acciones orientadas a la agricultura familiar, a la educación e investigación en el sector público, resulta un desafío sostener las acciones que se  vienen  desarrollando.  Las  instituciones


implicadas en estas acciones necesitan contar con recursos y personal para poder apoyar la transición de la producción agropecuaria hacia un modelo que garantice la sustentabilidad en todas sus  dimensiones. De  lo  contrario, la incorporación de la Agroecología a sus agendas seguirá constituyendo sólo un proceso de legitimación en el que se la  reconoce, pero de manera marginal y sin generar una transformación en el sistema productivo en el largo plazo.

Dentro de las actividades que se llevan a cabo en el marco del NAT Salta se pueden reconocer acciones vinculadas alaconstrucción y validación del conocimiento agroecológico y de apoyo a la comercialización expresando el carácter multidimensional de la Agroecología. También se destaca la capacidad de diálogo interdisciplinario e interinstitucional donde cada actor aportó desde su formación, perfil y trayectoria de trabajo en la construcción de propuestas de acción en el marco del enfoque agroecológico.

Una cuestión emergente en la organización de actividades del Nodo giró en torno a la dificultad de establecer los límites de la Agroecología y los procesos de transición, sobre todo al calificar ciertos productos o establecimientos    como    “agroecológicos”.

¿Qué es Agroecología y qué no es? ¿Cómo reconocer procesos de transición hacia una producción agroecológica? ¿Cuánto  tiene que durar ese proceso? son algunos de los interrogantes que surgen al intentar incluir experiencias de producción que podrían encontrar un lugar en este paradigma. Un debate en este sentido se vincula a las posibles alianzasconotrosactoresdelsectoragrícolaque si bien no se reconocen como agroecológicos expresan propuestas productivas alternativas al modelo convencional, como la agricultura orgánica, regenerativa o biodinámica.

Como propuesta para la delimitación de qué aspectos tener en cuenta para considerar que  una  producción  es   agroecológica, surge acompañar la creación de Sistemas Participativos de Garantías como una alter- nativa a la certificación, para diferenciar y


 


valorar estas experiencias. El NAT Salta tiene el desafío de acordar los criterios y generar las herramientas técnicas para implementar esos SPG, teniendo en consideración las voces de todos sus actores y con el recaudo de que se incluyan no solo aspectos técnicos y científicos, sino también los sociales, políticos y organizativos de la Agroecología (Giraldo & Rosset, 2016). También se puede articular con los municipios para acompañar la elaboración de ordenanzas de fomento de la Agroecología, un aspecto que ha crecido en los últimos años gracias al accionar de la RENAMA.

El rol de los diferentes actores es clave para lograr articular las dos formas de escalamiento en las que se expande la Agroecología: por un lado, el escalamiento vertical o institucional, a través de políticas públicas, programas, ordenanzas de fomento y regulación del uso de insumos químicos, entre otros; y por otro lado el escalamiento horizontal, que consiste en la difusión en los territorios de los procesos de transición a la Agroecología (Altieri & Rosset, 2018). Esto último puede ser implementado tanto por los propios productores y sus organizaciones (asociaciones, cooperativas), así como también por personal de instituciones con presencia territorial. Así, se reconoce que el NAT tiene el potencial de generar los espacios en los que se dicha articulación, y también podría estar a  cargo  de  evaluar los efectos de los procesos que se ponen en marcha. Esto a su vez pone en evidencia la importancia de la presencia de instituciones en el territorio articulando con productores/ as.El acompañamiento institucional en los distintos aspectos de la transición hace que los propios productores se perciban como agroecológicos y tengan noción de que sus actividades se enmarcan en este paradigma. Es clave que este acompañamiento se enfo- que no solo en los aspectos técnicos de la producción   agroecológica,   sino   también en  la  recuperación  de  saberes  campesinos e indígenas, en la construcción de nuevos conocimientos, el asesoramiento en la orga- nización/cooperativismo,   el   fortalecimiento de las redes de comercialización, entre otros aspectos socio-políticos.


Finalmente, dentro de las problemáticas para el escalamiento de la Agroecología, los/as integrantes del NAT Salta destacaron algunas que están directamente vinculadas a la necesidad de políticas públicas: acceso a tierra, agua y otros bienes comunes y naturales; así también la falta de fuentes de financiamiento adecuadas y de  asesoramiento  técnico  para la transición agroecológica. En este sentido, resulta un desafío  escalar  la  Agroecología en un contexto político adverso para el sector clave para la misma: la agricultura familiar, campesina e indígena. Para que la Agroecología trascienda su reconocimiento marginal y logre un impacto real en el sistema productivo, es necesario fortalecer espacios de  participación  efectiva   mecanismos de articulación intersectorial, teniendo en cuenta las problemáticas particulares de cada territorio, así como las necesidades de los actores involucrados. En este sentido, el NAT Salta puede desempeñar un rol clave como espacio de construcción colectiva, siempre que cuente con el respaldo de políticas públicas que permitan sostener y extender sus iniciativas en el tiempo.

 

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a los ex trabajadores de INAFCI y Cambio Rural que facilitaron documentación y prestaron testimonio y a las sugerencias realizadas por un revisor anónimo. Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto CIUNSa Tipo A N° 2885.

 

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